Las vacaciones de este año nos llevaron a Chile, un destino diferente y con una situación geográfica bastante particular y que se presentaba ante nosotros con unos contrastes que queríamos descubrir. Recorrimos el país de norte a sur, desde el desierto hasta la Patagonia para los que fueron necesarios 6 aviones y bastantes horas de autobús. En el norte descubrimos el desierto de Atacama con unos paisajes diferentes más cerca de pertenecer a la Luna que a nuestro propio planeta. Tierra árida, volcánica, de geiseres y con unos cielos nocturnos impresionantes. En la parte central pudimos visitar la capital Santiago, una ciudad inmensa con algunos rincones con aires bohemios y mucha vida. Entre la capital y la zona más al sur conocimos Puerto Montt y Puerto Varas en la zona de los lagos. Lugar con unos parajes naturales, cascadas y saltos de agua espectaculares que pudimos descubrir rodeando el lago Llanquihue. Para terminar nuestro viaje visitamos en la parte sur de Chile la zona de la Patagonia chilena donde conocimos la acogedora y tranquila Puerto Natales y sobre todo la explosión de belleza que nos ofreció el Parque Nacional Torres del Paine, un entorno natural con unos paisajes montañosos, lagos y vida animal que eran una autentica maravilla. Durante estos días hemos estado a -14 grados, desayunado en pleno desierto, disfrutado de cielos estrellados, visto geiseres y glaciares y hemos conocido gente que nos ha enseñado su país con todo el cariño y la amabilidad del mundo. Una experiencia inolvidable