La relativa cercanía con Zaragoza y los lazos históricos que nos unen a ella gracias a nuestro paisano Francisco de Goya nos llevó hasta Burdeos. Una ciudad moderna, con la dosis de juventud necesaria que aporta sus estudiantes universitarios. Atravesamos su Puente de Piedra, bajo el que el Garona busca su espacio hacia el Atlántico, visitamos su formidable Catedral y pudimos contemplar el Palacio de la Bolsa y el Espejo del Agua y sus juego de reflejos provocados por los 2cm de agua con la que inundan su explanada